¿De qué hablas para "pasar el tiempo"?
- Pedro Luis Menéndez
- 14 may 2016
- 3 Min. de lectura

Estaba releyendo en las vacaciones pasadas una trilogía de Gonzalo Torrente Ballester -que se hizo muy popular hace años gracias a su versión televisiva- cuando me encontré con este párrafo: "Habían encendido las chimeneas y la casa estaba caliente. El padre Eugenio prescindió de la capa y, cerca del fuego, tomó el café y un poco de coñac. Germaine iba y venía, le decía unas palabras, desaparecía otra vez. Y lo que le decía era innecesario, parecían palabras dichas para tapar un hueco o cubrir una espera".
Destaco y subrayo la frase final "parecían palabras dichas para tapar un hueco o cubrir una espera", muy significativa de uno de los usos más frecuentes del lenguaje en nuestras interacciones orales, y sobre el que nos paramos a reflexionar en pocas ocasiones. Sí, el lenguaje también sirve para llenar con palabras innecesarias huecos temporales.
Los especialistas en psicología de la comunicación se refieren a estos intercambios orales como "pasatiempos" que aparecen en la conversación social en encuentros de poca importancia, eventos sociales o, en ocasiones, durante el tiempo que precede a una reunión de un grupo.
Eric Berne define este pasatiempo como "una serie de transacciones complementarias, simples, casi rituales, dispuestas alrededor de un único nudo material, cuyo principal objetivo consiste en estructurar un determinado lapsus de tiempo".
Estos lapsus de tiempo quedan marcados precisamente por estos rituales de conversación. ¿Cuáles son los más típicos en nuestra sociedad?: comparación de coches, referencias deportivas o políticas, las escuelas y los sistemas educativos, "los logros y hazañas" de los hijos, el clima, los viajes, la comparación de productos y precios, la cocina, la ropa, y un largo etcétera en el que, en situaciones de mayor confianza, puede aparecer el cotilleo en formatos como "¿quién se divorcia de quién"?
Parecería que la función principal de estos intercambios es ayudar a organizar el tiempo en encuentros sociales sin trascendencia. De este modo, la tensión que produciría el silencio se ve compensada por la distensión que producen estas conversaciones banales.
Sin embargo, no podemos dejar de lado que también ejercen otra función muy importante -y con más consecuencias de lo que pensamos en el mundo laboral-, pues se constituyen en medios de selección social.
Durante el encuentro, los interlocutores están evaluando el potencial de los otros interlocutores, de manera que, al final de ese encuentro social, cada persona habrá seleccionado determinados interlocutores a los que le gustaría volver a ver, mientras que rechazará a otros. Se trata de un sistema selectivo inconsciente y muy apoyado en la intuición.
Así, estos "pasatiempos" sirven como instrumentos de selección de posibles relaciones más complejas con los candidatos mejor posicionados, que pueden llevar a la amistad o a la constitución de grupos de relación entre afines.
Por esto, en el mundo laboral, una de las dificultades con que se encuentran los trabajadores recién incorporados a una empresa es precisamente la de posicionarse durante estos "pasatiempos" en relación con los grupos constituidos, un posicionamiento que -queriendo o sin querer- puede marcar mucho más de lo que a veces queremos admitir su situación futura en la empresa.
Su mayor "inocencia" o su mayor "pericia social" delimitarán su imagen, sus opiniones aparentes, sus ideas o su visión del mundo, ante los ojos de los demás. Y esto ocurrirá en encuentros intrascendentes que en muchas ocasiones -sobre todo durante un proceso selectivo- no lo son tanto, o no lo son en absoluto.
Y tú, ¿de qué hablas para "pasar el tiempo"?
¿Y en las redes sociales? Aunque ese ya es otro tema.
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